Ya lo dice Kevin Spacey: «Los canales de televisión deben darle el control a la audiencia». Porque hace mucho que los espectadores hemos dejado de ser elementos pasivos que solo consumimos lo que nos ofrecen. Nos hemos convertido en prosumidores que queremos tener el control de lo que vemos, de cuándo lo vemos y de qué manera lo vemos.
Los modelos tradicionales de televisión ofrecen justo lo contrario: paquetes de contenidos controlados por ellos. Se basan en un viejo sistema que sí, es cierto que ha funcionado durante varias décadas y que a día de hoy sigue dando dinero, pero que ahora empieza a desmoronarse. El espectador ha pasado de ser meramente pasivo a ser activo y ha descubierto que puede consumir series y programas de televisión de la manera en que él quiere, y no en la manera en que el canal de televión le dicta.
Kevin Spacey sabe de lo que habla y por eso le cito de ejemplo, a fin de cuentas es el protagonista de House of Cars. Esta serie producida por Netflix -la plataforma digital de contenido audiovisual que comenzó como un videoclub de DVD’s por correo en EEUU y que a día de hoy ya domina varios mercados internacionales- ha sabido ofrecer al espectador justo el sistema de visionado que necesitaba, y además de una manera totalmente asequible.
Cuando te gusta una serie, no quieres tener que esperar una semana entera para poder ver más sobre ella, ni hacerlo en el horario dictado por la cadena. Quieres libertad.
Netflix te la ofrece. Libera de golpe una temporada completa de su serie estrella para que el usuario suscrito a la plataforma la vea cuando, cómo y dónde quiera. Si quieres ver la temporada del tirón, puede hacerlo; si prefiere ver un capítulo por día, puedes hacerlo; si prefieres seguir la manera «clásica» de ver un capítulo por semana pero en el horario que tú decidas; puedes hacerlo. Libertad. Porque la audiencia quiere y demanda tomar el control.
En el vídeo que incluyo a continuación, el actor comenta cómo en el sistema tradicional, para que una televisión se interesara por tu serie, primero debías presentar un piloto. Sin embargo, en Netflix creyeron en la idea original de la serie House of Cards y les permitieron producir toda una primera temporada del tirón, sin la necesidad de hacer un piloto previo.
Spacey comenta que: «En el 2012 se hicieron alrededor de 113 pilotos, de todos, solo 35 se eligieron para sacarlos al aire y 13 se renovaron, pero la mayoría ya no se emiten. En el 2013, se mostraron 146 pilotos de los que 56 se convirtieron en series de las que todavía no sabemos su futuro. El coste de estos pilotos fue entre 300 y 400 millones de dólares al año. Esto es lo que ha costado producir dos temporadas completas de House o Cards«.
¿Cuándo llegará Netflix a España? La respuesta a esta pregunta aún sigue siendo una incógnita. Mientras tanto, los amantes de esta serie nos la tenemos que seguir ingeniando para poder verla. Y sí, nos gustaría poder tener más control de los contenidos que vemos.
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