Este viernes se estrena en nuestro país El Gran Hotel Budapest, lo nuevo del gran Wes Anderson, uno de mis directores favoritos que a día de hoy, sigue sorprendiéndome y emocionándome con cada una de sus películas. No sé si habrá sido por motivo del estreno de su último trabajo presentado hace unas semanas en la Berlinale o por casualidades de la vida, pero lo cierto es que desde hace unos días anda circulando por la red un vídeo donde se puede ver de forma muy clara la pasión del director por la simetría en todas sus películas.
Este documento gráfico no ha hecho otra cosa que aumentar mi admiración por uno de los cineastas más interesantes de nuestro tiempo. Wes Anderson ha sabido crear algo tan aparentemente sencillo pero que en realidad es tan complicado como es crear un estilo propio. Todas sus películas son fácilmente reconocibles, tienen un sello personal que se transmite tanto a través del tratamiento de la imagen como de las propias historias y los personajes que la componen. Y además, ahora descubrimos que todas ellas están marcadas por un componente más: la simetría.
Post publicado originariamente por la misma autora en el blog La Chica Sonora
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