Hace más de un año (¿quizás un año y medio?) que decidí dejar de trabajar en bata y pantuflas. Es decir, que decidí que quería seguir ejerciendo mi profesión como freelance pero en vez de hacerlo desde casa, desde un centro de coworking.
La verdad es que desde el comienzo de mi experiencia en utopic_US he sentido el deseo de escribir este post y, si tengo que ser sincera, no encuentro ningún motivo por el que no lo haya hecho antes. El caso es que la cercanía del mes de agosto y mi baja (¿temporal?) en el espacio de coworking han impulsado las ganas de expresar lo que ha significado para mí esta experiencia.
Si de algo nos quejamos los autónomos que trabajamos desde casa es precisamente de eso, de trabajar desde casa. Excepciones siempre ha habido y siempre habrá pero si tienes a varios amigos o familiares freelance, la mayoría coincidirá en que esto es un punto negativo. Entre otras cosas por la falta de desconexión entre el trabajo y la vida personal, pero también se encuentran otros factores como la pérdida del sentido de pertenencia a un lugar o el contacto diario con los compañeros de trabajo.
Estos son los motivos poderosos por los que no me sentía a gusto en mi propia casa. Estaba claro que necesitaba dar el paso al cambio. Me gustaba mi trabajo pero entre la precariedad asociada a los tiempos que nos ha tocado vivir, la dificultad añadida de ser autónomo y el trabajar en el mismo espacio donde dormía, aquello me estaba ahogando.
Por eso y porque estaba entrando en un círculo vicioso peligroso, empecé a investigar sobre el coworking y los diferentes espacios que había en Madrid. En seguida me gustó y conecté con la idea. En concreto visité dos centros, el HUB y utopic_US. Los dos me gustaron mucho, pero finalmente decidí probar suerte en el segundo.
Para todo aquel que no lo sepa, un espacio de coworking es como una oficina que alquilas en compañía de muchas personas, con la ventaja de no tener que preocuparte de forma directa por temas como las facturas y el mantenimiento. Es decir, alquilas una mesa y una silla (fija o flexible) en la que trabajar. A cambio recibes un puesto de trabajo alejado de tu hogar, un espacio que debe estar asociado al relax y no al estrés y a las preocupaciones del día a día. También entras en contacto con otros profesionales de tu entorno, lo que fomenta el networking y las oportundiades laborales.
Nunca he descartado volver a incorporarme a una oficina «al uso» y dejar de ser freelance. Para mí, lo más importante es el tipo de trabajo que realices, lo que aprendas con él y la proyección laboral que te aporte. Por lo tanto, el espacio es un punto secundario. Da igual que sea un coworking, una agencia o una redacción. Al final son lugares donde realizarse y crecer profesionalmente. Pero si me he decidido a escribir este post es porque quizás tú también seas o hayas sido un freelance solitario con ganas de cambiar. ¡Puedes hacerlo! Y sí, merece la pena.
Durante mi año y pico de coworking he conocido a gente muy interesante, con mucho talento, ilusión y con ideas locas y geniales. También me he cruzado con muchos otros con los que no he mediado palabra. En estos casos, tu predisposición para abrirte, hablar y compartir proyectos juega un papel fundamental. Del coworking podrás sacar tanto como desees. Si solo quieres tener un espacio donde trabajar… perfecto, lo tienes. Si también quieres un sitio donde conocer a personas que te ayuden a desarrollar tu proyecto… perfecto, lo tienes. Si no necesitas hacer networking pero quieres hacer colegas… perfecto, lo tienes. Tú decides cuáles son tus necesidades en casa momento concreto.
Como habrás podido comprobar por el tono del post, mi experiencia ha sido positiva (aunque no perfecta, todo hay que decirlo). Estar en utopic_US me ha ayudado a centrarme más en mi trabajo, a apasionarme y a formar parte de proyectos ajenos que he sentido como propios, a abrir la mente e ilusionarme por crear más proyectos propios.
Sin embargo, no dejo de tener la sensación de que estos centros son un sitio de paso y que mi paso está a punto de finalizar. Muchas de las personas que tenían un puesto fijo cuando llegué, ya no están. Algunos han alquilado una oficina con otros coworkers, a otros les han contratado en una empresa, también los hay que han cambiado de centro de coworking, y quienes han vuelto a trabajar en casa por falta de dinero.
Y es que es lo que tiene ser una persona curiosa, inquieta y también me gustaría pensar que creativa, siempre te pica la curiosidad por explorar nuevos horizontes. ¿Cuál será el próximo? El tiempo lo dirá.
Maricarmen García Baptista
¡Gracias Beatriz! Me ha gustado mucho lo que comentas. Soy una freelance que se está planteando trabajar en un centro de coworking. Tu perspectiva de que no tiene por qué ser eterno es ideal y sensata, me ha ayudado a decirme: pruébalo un tiempo, seguro valdrá la pena.
¡Gracias nuevamente!
beatrizcebas
Me alegro de que te haya servido Maricarmen 🙂
Eso es, puedes probar un mes y descubrir si es tu lugar o no, no pierdes nada y puedes ganar mucho.
¡Suerte!
Bea
beatrizcebas
Me alegro de que te haya servido Maricarmen 🙂
Eso es, puedes probar un mes y descubrir si es tu lugar o no, no pierdes nada y puedes ganar mucho.
¡Suerte!
Bea