Desde sus orígenes, el cine ha desarrollado un modelo de negocio basado en la exhibición. Con el paso de los años y una vez que la industria se asentó en Hollywood en 1920, el modelo se fue asentando hasta crear un sofisticado modelo que, aún a día de hoy, sigue siendo rentable. Para quien no lo sepa, el sistema consiste en explotar la cinta de forma calendarizada a través de las distintas ventanas de distribución. En primer lugar en las salas de cine, después el DVD, en tercer lugar la TV, y por último en Internet.

El «problema» viene cuando algunos creadores no quieren seguir este orden establecido. La era digital y las nuevas tecnologías nos permiten crear, distribuir y exhibir contenidos audiovisual de una manera más directa, sin intermediarios, y sin tener que seguir el citado sistema de ventanas. Esto es algo que está poniendo a la industria muy nerviosa a la par que reticente de aceptar que Internet es un aliado y no un enemigo del cine.

En España tenemos un ejemplo reciente: Carmina o revienta. El estreno de la película se hizo simultáneamente el 6 de julio en cines, DVD y varias plataformas de cine en streaming como Filmin. Todo un hito en nuestro país que pensaba hacer El Cosmonauta, un famoso proyecto financiado parcialmente por crowdfunding. Sin embargo, Paco León y la productora Jaleo Films se le han adelantado con esta sorpresa pionera del cine español. Durante el primer fin de semana del estreno de la película, 62.000 espectadores vieron Carmina o revienta en alguno de los tres canales de exhibición ofertados, una cifra poco desdeñable.

Cualquier amante del cine estará de acuerdo en que las salas de proyección no deben desaparecer. La experiencia de ver una película en pantalla grande y de formar parte de esa experienca colectiva es incomparable, no ha perdido magia. Y sin embargo, no hay que olvidar que estos mismos consumidores de cine en formato tradicional también somos usuarios de cine a través de Internet.

La era digital nos hace querer ver más cine, querelo ver ya y poder verlo donde nosotros queramos. Sí, los espectadores nos hemos vuelto más exigentes pero lo somos porque es posible conseguir lo que demandamos. Es cierto, muchas veces la única manera de conseguirlo es a través de plataformas ilegales, pero cada vez hay más alternativas legales que acertadamente se están sumando al carro del video on demand. Los ejemplos más significativos son Filmin, WuakiTV, Filmotech y Youzee.

Pero, ¿por qué seguimos pensando que exhibir directamente en Internet sin pasar previamente por la pantalla del cine es algo menor? Así lo comenta Jaume Ripoll, Director Editorial de Filmin, en esta entrevista:

A pesar de todo, cada vez se está perdiendo más el miedo a Internet. Se está entiendo que el espectador no es simplemente un pirata, sino un pirata ansioso de ver cine y que por lo tanto, lo consume allí donde lo encuentra.

¿Esto quiere decir que el sistema de ventanas y con éste el negocio de la industria del cine va a cambiar radicalmente? No existe la menor duda de que el cine está viviendo un proceso de cambio brutal y de que la era digital aún esta en su primera fase. Por lo tanto, el cambio real aún está por llegar.

Lo que no podemos pretender es que una industria de 100 años cambie de la noche a la mañana, y más cuando su modelo de negocio aún sigue cosechando beneficios. Pero lo que sí podemos pretender es que los creadores luchen por exhibir sus obras, sea del lado de la industria, sea de manera independiente, o sea dentro de la industria pero queriendo hacer las cosas de manera distinta. Esto es algo por lo que hay que luchar porque el cine deja de serlo cuando no hay nadie que lo vea. Y gracias a Internet es más fácil que una película, ya sea una supreproducción o una producción low cost, acabe encontrando a su público.

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